11 años de intentos...
Una juventud perdida en la única vida que tenemos; unos años que no puedes devolver...
Buscándome sin encuentro, perdiéndome en la oscuridad, perdida entre razón y falso deseo. Buscando salida en el túnel de la perdición y otro día intentando cambiar sin resultado. Pasaron años en los que solo deseaba que llegase ese día en el que dejaría de beber para siempre. Pero me costó, y mucho, la verdad.
Durante ese primer trago que te provoca el sentido de gozo y felicidad sientes cómo se está mezclando en tu sangre y deja de importarte todo, me prometía cada vez lo mismo: Solo uno, yo controlo, pero no. Y volvía a llenar ese vaso. De nuevo otro intento sin resultado... y otro trago y otro trago más... Pensamientos en los que repetía que ya me daba igual, que nadie puede escapar del destino, y si este era el mío pues que así fuera...
Otra borrachera, otra vez perdida. Despertándome a las 3.00 am, 4.00 am, llorando, con un tremendo dolor del alma, otra vez decepcionada de mí misma, con ataques de ansiedad, sintiendo que me estoy muriendo y que en cualquier momento dejaría de respirar... Esa sensación horrible y cruel.
Mi cuerpo temblando, mi mente buscando salida de ese horror ... y llegando a la misma conclusión de siempre: que, en ese momento, lo único que me iba a ayudar para relajarme era el Alcohol. Y así muchísimas veces, durante muchos años. Yo soy la responsable de todo esto que me ocurrió. Escuchaba una vocecita muy dentro de mí, que me decía que sí podía hacerlo, que sí podía conseguir dejar de beber.
Tenía que pasar por toda esa dura experiencia, pues del sufrimiento nace el mejor aprendizaje y la mejor versión del ser humano. Y llegó ese día tan esperado en el que estaba llena de fuerza de voluntad, con ganas de no volver a beber ni oler el alcohol. Llegó ese día en que me sentí bendecida y afronté todos mis miedos, que no me dejaban salir de ese túnel sin salida.
Orgullosa de mí Sigo, desde el día que dije -¡Ya no Mas!
Muchos de vosotros os reconoceréis en mi historia, otros intentaréis entenderme, y habrá algunos que pensaran que esto es una vergüenza. Pero yo no soy nadie para juzgar ni para dar consejos. El único mensaje que quiero transmitir es que no hay cosas imposibles , ya que pensaba que, en mi caso y mi fase de dependencia, era imposible...
Pues no es así. Querer es poder.
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